El claroscuro es una técnica de pintura que consiste en el uso de contrastes fuertes entre volúmenes, unos iluminados y otros ensombrecidos, para destacar más efectivamente algunos elementos. Desarrollada inicialmente por los pintores flamencos e italianos del cinquecento, la técnica alcanzaría su madurez en el barroco, en especial con
Caravaggio, dando lugar al estilo llamado tenebrismo.
Para que tu dibujo de una sensación de solidez tienes que emplear la técnica del claroscuro. Mediante este procedimiento modelas las figuras para fingir la tridimensionalidad que le falta a tu papel.
Observa atentamente la imagen ¿Dónde se sitúa el foco que ilumina la escena? En función de este dato, descubrirás que hay partes del objeto mejor orientadas a la luz y que éstas serán más luminosas (más claras).
Las zonas más escondidas estarán peor iluminadas y, por tanto, serán más oscuras. Entre ambas, existirán zonas de transición de luminosidad media que ayudarán a que el efecto de modelado sea lo más suave posible, para que haya continuidad y no se produzcan saltos visuales.
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